Oscuro Deseo

Oscuro Deseo

Estaba a punto de terminar la jornada laboral, deseando regresar a casa junto a ella, en su cabeza aún daba vueltas lo que ocurrió la noche anterior, desde que llegaron a Paris hace un año  eran inmensamente felices, un pequeño apartamento se había convertido en su nido de amor y el trabajo que había encontrado de taxista les daba para vivir, cada noche hacían el amor con pasión, se entregaban con lujuria, pero nunca imaginó lo que ella le propondría.

-quiero verte follar con otra-,  repetía una y otra vez  entre jadeos mientras él la penetraba, - ¡¡quiero follarme a otra mujer!! – gritó en el momento que se corría.

Pensaba que todo había sido fruto de la excitación y que se había dejado llevar por el momento, pero al preguntarle ya en frío ella le había dicho algo que no conseguía olvidar, - quien sabe cariño, no lo descarto.-

La visión de una mujer negra acercándose le sacó de sus pensamientos, su mirada oscura y penetrante sobre él le hizo removerse inquieto, los zapatos de tacón marcaban  el inicio de unas piernas vertiginosas enfundadas en unas medias blancas de rejilla,  un vestido rojo cubría la voluptuosidad de sus curvas, al andar sus caderas se movían en un balanceo hipnotico, en cada gesto emanaba sensualidad.

Abrió la puerta trasera del automóvil, levanto la pierna para entrar, el vestido se le alzó más de lo que se puede considerar correcto, le permitió ver la blonda de la media blanca, la carne negra, la tela transparente de su ropa interior. Alargó ese momento más de lo debido, delicadamente fue cayendo sin prisa sobre el asiento, no hizo ademán de estirar la tela, un gesto que automáticamente la mayoría hace, ni siquiera cuando la otra pierna encontró acomodo y ya sentada  le entregó un papel con la dirección de destino.

Se puso en marcha excitado , él quería mirar al frente, pero como un fuerte imán su mirada era atraída hacia sus muslos y porque no decirlo hacia su sexo deficientemente tapado. Ajustó el retrovisor para facilitar la visión e intercalaba miradas a su boca sugerente y carnosa , al frente y a su entrepierna, ella sonreía sabedora de los efectos que provocaba. Comenzó a hablar con naturalidad, una charla intrascendente, del tiempo, de cine, él  la miraba y ella separaba más sus piernas,  miraba la oscuridad de su piel , su cuello y sus hombros desnudos, miraba los pechos que se adivinaban generosos , pero  su mirada siempre acababa en  su coño expuesto de manera estudiada.  La distancia a recorrer no era mucha, cosa que no sabía si le aliviaba o por el contrario le fastidiaba.

Al llegar a la puerta del Moline Rouge detuvo el taxi, ella inclinó su cuerpo hacia delante, él pensaba que iba a pagar el importe de la carrera  pero ella se acercó un poco más rozándole la cara con una caracola de su pelo negro, tenía un olor intenso, despacio como en un susurro preguntó,-¿te gusta?,- ¿Si me gusta qué?- respondió  él disimulando .

Ella con una sonrisa metió las manos bajo su culo, lo levantó un poco y con un gesto preciso se quitó el tanga, - está un poco húmedo – le dijo, acercándoselo a los labios y la nariz.  Sacando un rotulador del bolso escribió un nombre y un número en la tela. Le entregó la prenda  y salió del coche...