Dulce Navidad

No, claro que no queremos respondieron todos al unísono. Como iban a querer que los niños se quedaran sin sus regalos, no podían permitirlo a pesar de que habían despedido a la mitad de la plantilla, los que quedaban tendrían que atender el doble de cartas, reparar los juguetes usados de otros años, reducir el número de caramelos, guirnaldas y adornos, los trineos no habían pasado el mantenimiento y a los renos les habían quitado el treinta por ciento de sus alimentos.
El jefe satisfecho sonreia bajo su espesa barba blanca viendo trabajar a aquellos elfos, la magia de la navidad nunca fallaba.